sábado, 2 de diciembre de 2023

 



(POEMAS VOLUNTARIOS)










TERCER GRADO


Llevo 25 años en la poesía.

Más de 25. Ya ni me acuerdo.

Cometí una tontería.

Un prejuicio estúpido 

me impidió borrar las huellas.

Pero he aprendido a ser limpio.

Y voy camino de ser implacable.






PLAN DE TRABAJO



Que Sor Angustias no te traspase su angustia.

Que los días se sucedan ordenadamente. 

Las semanas que los jueves son lunes

son particularmente horribles.

Que no llueva en las horas del patio,

aunque ahora ya no llueve por culpa de los turistas,

me dice la taxista, y oye, porqué 

todos los taxistas votan a...

(déjalo, que este es un poema pobre

y los poemas pobres no deben tener vergüenza

de su desnudez).


Que Sor Angustias no te trasmita su angustia,

íbamos diciendo, eso es lo importante ahora.

Las 7: 25 de la mañana. 

El telón se va a abrir pronto.

Ya sé que es difícil sonreír cuando 

te están ahogando con tinta de impresora.

Pero hay que sonreír, 

ese es tu trabajo.

El escenario está preparado, el público

grita, va a empezar

la función.









PLAN DE TRABAJO

(CONCRECIÓN CURRICULAR)




Que Sor Sufrimiento no te traspase su sufrimiento.

El público tiene que divertirse. Eso es

fundamental. En caso contrario la función

será cancelada.

Ningún acto sin su protocolo

y ningún informe útil...

Eso es fácil, basta con enterrar

la verdad con palabras

cuanto más limpias y vacías mejor.

Generaciones de escribanos han practicado

el mismo método con resultados

satisfactorios, ¿acaso tú te crees distinto?


Sor Sufrimiento quiere cumplir los plazos.

El público está impaciente.

Los alborotos les cuestan caros a los

felices ciudadanos que esperan

la apertura automática y rutinaria

de las Puertas de la Sabiduría.

¿Acaso tu puedes activar el botón de freno?

Sal al escenario. Cumple con 

tu papel.

El informe será cuñado y enviado

por correo certificado.






SEMBLANZA

(a la manera clásica)



Por mis agobios vivo.

Mis neuras son mis dueñas.

De lo bueno busco lo malo,

de lo malo, lo peor.

De la indiferencia del destino

me desespera su silencio.

Su trueno violento

atado al suelo me deja.

Si por azar me sonríe

al destino su mano muerdo desconfiado.

Busqué consuelo en la poesía:

Cuando lo obtuve no me bastó.

Busqué el amor y la amistad

(de los regalos de la vida poco me pareció)

Y por más que me dio la vida, nada me bastó.

Mi ambición es la de la arena

que un muro al mar quiere poner.

En el examen final

delirios y ruinas mis palabras serán.

"Pero fue un sueño hermoso", me escuchan decir.

El teatro se cierra y el público vuelve a la calle.

Los automóviles cruzan los charcos, mojando

a los últimos paseantes que regresan

a sus casas frías donde nadie espera.

"Un sueño entre fango", repiten los fantasmas

que pegados a las sombras esperan a sus dueños.









THE LAST SONG

                                Sólo la gente infeliz baila mal.
                                (De la película 9 songs)
 


Mi dulce Lisa. Alta. Delgaducha. Desgarbada. Again. Again. Mi dulce Lisa. En el idioma del deseo. En el idioma de la piel. Mi dulce lisa. El sol. Tu pelo. Tu cuerpo sobre la mesa. Tu cuerpo desnudo. Mi dulce Lisa. Faster. Faster. En el idioma del placer. El sol en tu pelo. El sol entero en tu pelo. Ahora. Ahora. En el idioma del dolor. Mi dulce Lisa. Osada. Terrible. Radiante. Nunca antes. Nunca antes la vida fue tan sencilla: tu cuerpo y el sol. Tu voz. Tus palabras. Un café y una pieza para piano. Satie. Mertens. Glass. Nyman. La belleza del mundo en un acorde. Pero entonces. El reverso. El reverso oscuro. Un piano esconde una hoz. Una herida abierta es un beso. Lisa, tú sabes. Vivir es nadar a ciegas. Sobre los muertos o sobre las rocas. Hundir la cabeza y no ver nada. Alargar la mano y no tocar fondo. Mi dulce Lisa. Muévete. Muévete así. En tus ojos hay un fantasma. Bailas. Bailas y todo se vuelve lento. Tus ojos son lentos. Tus manos son lentas. Tu fantasma es lento. No nos alcanzará. Nunca antes de esta noche. Nunca mientras el sol y la música y tus palabras y tus pechos y tus dedos y tu pelo… Lisa. Lisa. Loca. Temeraria. Fugaz. Fugaz como tu risa. Tu risa sobre la noche. Nieve. Nieve y fuego. El oro y su reverso. Lisa. Tú sabes. Tú siempre supiste. Hay un fantasma en tus ojos. Un espectro que es un número. Un número que es un colegio. Lisa. Mi dulce Lisa. Nunca antes. Nunca ahora. Sol. Música. Dolor.  






 A VECES

 

 

A veces ni el sexo ni la tele ni ninguna película

ni los libros

a veces ni la fotografía

a veces ni la poesía ni Brines ni Ángel

González ni siquiera

Blas de Otero

a veces ni el sexo ni las películas ni

los libros

ni las fotos de Navia y si ni siquiera las fotos

de Navia pueden vencer estos recuerdos malditos

es que nada puede con ellos

por eso a veces ni el sexo ni la tele ni los libros ni

la poesía

ni siquiera la poesía

ni las fotos de Navia

ni las fotos de García-Alix

ni las fotos de Cristina García Rodero

ni ninguna foto mía

para quemar el recuerdo con el recuerdo

para apagar el fuego con el fuego

 

 

a veces sólo la música

a veces sólo una canción

a veces sólo unas pocas canciones

sólo las que mejor queman

sólo las que sabes que no se van a apagar con las primeras gotas

de la tormenta que viene

las que sabes que no te van a dejar a oscuras

en medio del pasadizo

con trampas y esqueletos y ratas y serpientes

ese pasadizo que construyeron para escapar del palacio

pero del que nadie nunca logró encontrar la salida

 

 

a veces ni el sexo

ni los libros

ni las películas

ni los documentales de escritores de Filmin

a veces ni las fotos de Navia

y si las fotos de Navia no rompen la capa de hielo

es que el agua que corre debajo está demasiado profunda

para poder beber de ella

a veces sólo la música

sólo unas pocas canciones

las que mejor queman

las que mejor crecen

al borde de las rocas que golpea el mar

en la tierra seca del fondo del cráter dormido

 

 

a veces la corriente es tan fuerte

que me arrastra hasta el sumidero

de los recuerdos asesinos

que matan toda esperanza en el futuro

que matan toda compasión

toda posibilidad

de perdón

en esta lucha contra el tiempo

en esta lucha contra los días muertos

contra los sueños muertos

contra los errores y los fracasos

y los caminos cortados y los puentes rotos

 

a veces sólo la música

a veces nada me sirve

a veces es inútil hacer nada

a veces hay que ir a la droga más fuerte

a veces hay que duplicar la dosis

y luego otra más y luego otra más

a veces ni la poesía

a veces ni Blas de Otero a veces

ni un chute de Blanca Andreu

a veces ni Brines

a veces ninguna droga escrita

ni leía

ni vista

a veces la música

a veces sólo tres minutos

cuatro minutos

 cinco minutos

y luego la noche

y el frio

y los aullidos de los lobos al otro lado

de la cabaña

y el viento y la nieve

y los aullidos de los lobos

que huelen tu miedo.











domingo, 29 de enero de 2023

 


PARADA TÉCNICA 

(adelanto 3)








CONDENA



Las canciones que no te canté.

Los libros que no te leí.

La vida que no tuvimos.

La vida que tuve sin ti.


Los discos que no compramos a medias,

que no descubrimos juntos.

Los viajes que no hicimos.

Las fotos que faltan, las páginas arrancadas.

La bromas que no me gastaste.

Tu risa en la noche, que borró tan pronto la niebla.


La vida que no tuvimos.

Las fotos que no te hice, las páginas arrancadas.

Los besos sin ruido, ofrecidos a un dios cruel

que solo nos entrega

aquello que puede quitarnos.

La vida que viví sin ti.









EL CRISTAL

(POEMA ORIGINAL)


Lanzarse suicidamente a la vida.

Coger carrera y saltar alto,

en cualquier sitio, donde te pille,

desde una roca o desde un puente.

Caer fuerte y llegar hondo, los más

hondo que se pueda.


Lanzarse suicidamente a la vida.

Una vez, dos veces, tres veces. Las que haga falta.

Hasta que el cuerpo enfermo de la vida

nos rechace, nos expulse, nos lance en cualquier momento,

con violencia o suavidad, contra el cristal

de la muerte.


Lanzarse suicidamente a la vida.

No esperar al desprecio ni al rencor.

Cerrar los ojos y gritar.

Abrir los ojos en plena noche y correr

sin dirección ni cuidado,

a lo loco, a ciegas. Dejarse arrastrar

o luchar contra la corriente. Emerger en cualquier 

playa o caer preso en cualquier red.

No ver pasar la vida. Lanzarse a ella.

La única voluntad posible. La única certeza.



Lanzarse suicidamente a la vida

en la gran ciudad vacía, en los campos ruidosos,

sembrados de trincheras y cruces.

Un día cualquiera. Donde te pille.

No esperar más.

No desear más.


Lanzarse suicidamente a la vida.

El tráfico de mercancías, los gritos cálidos de los cuerpos, el silencio 

brusco, entre el minuto de la esperanza y el minuto

de la angustia.

No puedes cerrar la puerta.

Abre la ventana y lánzate.

No esperes que el odio te queme.

El fuego ya se acerca a tus pies.

Tu última voluntad.

Tu única voluntad.

Demuestra que aún no estás vencido.

Únete al grupo, ya, ¡ahora!

No esperes más.

La muerte tiene el cristal muy limpio.

No la verás venir.












VERANO EN EL PUEBLO




Los días son muy largos.

Las noches duras.

Hay que pelear mucho.

Contra el calor

que resiste en las habitaciones de arriba.

Contra las palabras, contra las frases

que quedaron a medias por miedo

a no ser entendido.

Contra los cuerpos, contra el cuerpo

propio, que pide agua y se agita en la cama

sin encontrar la puerta del sueño,

contra el cuerpo de tu mujer

que tiene la osadía de dormir plácidamente

y te ofrece su piel cálida y suave,

increíblemente suave, en la 

penumbra del dormitorio.


(Nota: “increíblemente suave” es una expresión demasiado vulgar para un poema de amor, no es nada

nuevo, no está a la altura, pero este no es un poema de amor, es un poema sobre el verano, y además es

la pura verdad, pasan los años, el cuerpo se estropea, nos hacemos viejos poco a poco (a veces de 

golpe), pero su piel es increíblemente suave, sigue siendo, por muchos años y trabajos y angustias que

pasen, increíblemente suave, con el mismo tacto de la juventud, del inicio de esta fiesta que ya pronto 

tendrá que terminar. “Increíblemente suave” es lo que pienso cada noche cuando ella se acuesta y se 

duerme, y yo alargo despacio la mano y la acaricio con mucho cuidado, y no puedo dormir ni estarme 

quieto.)

La noche es dura porque es silenciosa,

porque es tranquila, calurosa, pero

sobre todo la noche es dura porque hay cosas

sin resolver, y cosas que están pasando cerca

en las calles vacías, en las otras casas, 

en los parques oscuros. Y yo recuerdo los años

de mi juventud, las viejas noches de verano

de mi lejana (otro tópico inevitable) juventud.

Y miro el reloj y estoy atento a los ruidos

de la calle, y estoy atento a su silencio.

Y pienso en ellos, los niños, que no sé cuándo

van a volver, y me alegro por ellos,

y sufro por ellos. Sé que están

donde tienen que estar,

y sé que a mí me toca esperar 

despierto, vigilando cada ruido, 

intentando no perturbar con mis miedos y mis dudas

a mi mujer.

Mañana temprano ella cogerá el coche

y se irá a la ciudad.

Los días serán muy largos.

Las noches duras.










 

ARRESTO DOMICILIARIO




No mueras con el cuerpo intacto.

No mueras con todo tu dinero en el banco.

No mueras enterrado en pólizas de seguros.

Apura la partida hasta el final.

Buenas o malas, usa todas tus cartas

lo mejor que puedas.

Nadie gana siempre. Pero que no se diga

que no peleaste hasta no poder más.

No mueras con el corazón intacto.

No mueras sin haber vivido todos esos amores

que leíste en los libros mentirosos.

No mueras con el corazón limpio. 

Llega hasta el fondo, al fondo del dolor

(si es preciso) pero también

al fondo del placer (y si la corriente

te arrastra luego, déjate llevar hasta el mar).

No mueras sin haber visto la luz de Venecia

en octubre, cuando los turistas van 

de retirada y la niebla conquista la ciudad 

todas las madrugadas, 

No mueras sin cruzar el Bósforo.

No mueras sin pasear por París.

El arresto domiciliario llegará más pronto

o más tarde. No escondas tus delitos.

No te dejes deslumbrar por la vanidad
de los jueces.

Recuerda tus días de viaje, recuerda tus noches

compartidas, tus besos de despedida cuando

ibas a trabajar con ilusión y optimismo.

Recuerda que la dignidad sólo te 

la otorgan los otros si antes tú

te la has otorgado a ti mismo.

Recuerda lo que escribiste una vez

hace muchos años: la vida

es una cárcel, pero cada cual

escoge el tamaño de su celda.











VIVIR NO ES


Vivir no es traicionar a los muertos.

Vivir no es un suicidio de paraguas roñosos.

Vivir no es un extravío de zapatillas ridículamente

formales.

Vivir no es leer sobre la vida.

Vivir no es escuchar conversaciones en laberintos 

acristalados.

Vivir no es mirar a la luna, de madrugada, y sentir

indiferencia,

y no querer nunca llegar a la luna

(aunque llegar a la luna

no sirva para nada).


Vivir es 

andar cuesta abajo 

con la misma alegría

con que andamos cuesta arriba.

Reconocer que el viento 

es dueño de tus papeles.

Reconocer que la lluvia

guarda besos frescos

en expedientes negros que sólo

se pueden consultar de cien en cien años.


Vivir no es traicionar a los muertos.

Vivir es agradecer a los muertos

las casas que han demolido,

los escombros que nos han dado,

porque con esos escombros

construiremos nuestra propia casa,

sabiendo bien

que otros vendrán a derribarla

cuando nuestro tiempo haya concluido.