sábado, 20 de septiembre de 2025

 





















poema inicial


El sexo aún no existía
y el amor era tan nuevo
que no había sido tocado
por el aire pútrido de la vida.
Yo te quise
con todo el dolor de los puños
cerrados sobre el cuello
del pájaro infantil,
con todo el dolor del mar
contra la roca,
con todo el dolor de la raíz
bajo la acera.
Yo te quise,
pero el amor era tan nuevo
que las palabras aún estaban embaladas,
y el conserje hacía su trabajo
y lo hacía tan rápido
que los papeles saltaban a la hoguera
en el patio cerrado.
Todo esto sucedió entonces.
Luego se inventó el sexo y el matarratas.
Un aire malo tocó el amor y lo volvió
mercenario. Cuando le llamaban por su nombre
no respondía. Cuando le pedían
que hablara en su lengua materna
se escupía en los pies.
El conserje reía con ganas.
El beso no encontró río.
La boca no encontró puerta.
La sangre se equivocó de dirección
y yo quise despertar
y resultó que ya estaba despierto.
 





Hoy no es día para la poesía

 
–Ven conmigo. Sufrirás maravillosamente.
Tu deseo más profundo es una piedra en el río.
Una piedra del fondo, luchando desesperadamente
contra la corriente,
agarrándose a un suelo de fango
 que no la retendrá.
Tu deseo más profundo se precipita
por la catarata,
se precipita hacia mí,
se precipita hacia el dolor, que tú nunca has creído
que sea un tipo de placer.
Hoy no es día para la poesía.
 




  
Ejercicio práctico nª 2. Resume brevemente tu trayectoria vital
 

No lo volveré a hacer
No lo volveré a hacer
No lo volveré a hacer
No lo volveré a hacer
 
 
¿Qué vas a hacer?
Volverlo a hacer.






















De camino


Él dirá que dice la verdad.

No le hagáis caso.

Será inútil que intentéis disuadirle.

No bailará con vosotros.

Ni falta que hace.

Vosotros a lo vuestro.

Él dirá que dice la verdad.

Jurará que quiere preveniros.

Que lo hace por amor a los hombres,

a la humanidad entera.

No le hagáis caso.

No aminoréis la marcha.

Bailad, reid, corred, corred más.

El iceberg ya está cerca.